martes, 20 de diciembre de 2011

40 años de servicio

 


Se jubila mi compañero Melchor después de 40 años dedicados a la docencia, ¡toda una vida! Él ha podido acogerse a la ley del funcionariado y se va justo al cumplir los 60. Una suerte teniendo en cuenta lo que se nos avecina. Cuando volvamos de las vacaciones de Navidad, ya no incorporará. Podrá seguir disfrutando del suave clima canario y de la compañía de su hermana y su sobrina. Y ya por abril viajará a Roma para cumplir un sueño que sus compañeros hemos querido hacerle realidad.

La semana pasada  le dimos un homenaje de despedida. Bien merecido porque Melchor ha sido un MAESTRO con vocación y entrega.

 La mañana antes de la comida homenaje nos repartió a cada uno de sus compañeros una carta que había escrito como despedida, acompañada con la explicación de que estaría tan emocionado en la comida y eran tantas las cosas que nos quería decir que había pensado que mejor era escribirlo y que cada uno la leyese cuando mejor creyera conveniente.

Cuando tuve un rato me dispuse a leer la carta pero no iba por la mitad de la primera página cuando comencé a emocionarme; así que la dejé para otro momento de más sosiego para poder leerla detenidamente, disfrutarla y no convertirme en un mar de lágrimas.

Su historia profesional (en muchos aspectos bastante paralela a la mía), sus reflexiones sobre la escuela y la educación de este país y sus deseos merecen que se le den publicidad. Por esto, esta entrada, para que sus palabras despeguen del papel, vuelen por la red y lleguen a mucha más gente, especialmente colegas.


 Parece que fue ayer


¡Que te vaya bonito, compañero!