lunes, 13 de agosto de 2018

Nick Drake y un viaje por el suroeste de Inglaterra I 🇬🇧

Este ha sido un viaje programado y diseñado en función de asistir al encuentro musical que se celebra cada año en Tanworth-in-Arden, en memoria del cantautor y músico británico Nick Drake. De él y del encuentro hablaré en su momento.

El día de 10 de julio salimos desde Málaga al aeropuerto de Bristol con Easyjet


El vuelo se retrasó y subsanado un problema en la oficina de Europcar respecto al contrato del alquiler del coche (no sé si confiaremos otra vez en este Rent a car), nos fuimos a coger el coche. Nuestro primer destino era Bath. Habíamos elegido Bath porque estaba cerca y era fácil llegar así que pensábamos que era lo más adecuado para el primer trayecto conduciendo por la izquierda. Quien nos iba a decir que por un accidente de tráfico, el GPS nos llevaría por carreteras menos importantes con un montón de rotondas y con un tráfico horroroso. Unos veintilargos kilómetros que parecieron interminables, una "british experience" y de las duras. 😰 Una prueba de fuego de la que salimos sanos y salvos. Yo iba de copilota pero esto no quería decir que fuera relajada porque todos los ojos y sentidos puestos en la tarea eran pocos. Eso sí, solo pensar que los dos días en Bath no necesitaríamos coche ni que decir tiene que nos daba la paz de espíritu y el relax para disfrutar a tope de tan famosa ciudad.

Nada más acomodarnos en nuestro B&B de Airbnb, nos dispusimos acercarnos a Bath  para tener una primera toma de contacto y visitar las termas romanas ya que, previsores nosotros, teníamos ya compradas las entradas.

Bath, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es la única ciudad de Inglaterra que ostenta tan honorable título. Elegante es un término que se ajusta al conjunto de la ciudad, una mezcla de ruinas romanas y arquitectura georgiana. Tiene un tamaño ideal para recorrerla a pie y dos días son suficientes para conocer sus principales atractivos.

Las termas romanas son los únicos manantiales de aguas termales de Gran Bretaña. A su alrededor los romanos construyeron el mejor balneario del norte de Europa. Las termas, por las que aún circula  agua caliente natural, están por debajo del nivel de la calle y los edificios construidos a raíz de su descubrimiento se pueden dividir en cuatro grupos: el «Manantial Sagrado», el Templo Romano, el Baño Romano y el Museo.  El Museo es fantástico: la exposición, las explicaciones, los recursos audiovisuales,  las maquetas… son excepcionales y te hacen meterte de lleno en el mundo romano. Uno piensa en los baños de Bath y cree que sólo va a ver la típica foto de la piscina al aire libre que sale en todas las páginas, guías y libros turísticos pero no, es  mucho más y hay que dedicarle varias horas. Todo el conjunto es una visita obligada por su belleza e interés histórico.


Al día siguiente y tras un fantástico desayuno, un tiempo espléndido y una vista fabulosa, nos dispusimos a intentar ver todo lo demás de tan distinguida y armónica ciudad.


¿Qué ver en Bath? Más o menos nos hicimos un itinerario para que no se escaparan los puntos de más interés para después perdernos por la ciudad, así que llegamos al Royal Circus, un gran círculo de edificios neoclásicos cuya prolongada fachada se encuentra interrumpida por el acceso de tres calles. Un magnífico ejemplo de arquitectura georgiana.




Muy cerca se encuentra The Royal Crescent que se caracteriza por su fachada en curva elíptica y por ser una de las obras más destacadas de la arquitectura georgiana en Reino Unido. Uno de los lugares más emblemáticos y fotografiados de Bath.  El Royal Crescent es, como los templos del tiempo, una eternidad de espacio.

Y, por supuesto, disfrutamos de un paseo por su Royal Victoria Park caminito del centro de mi admirada Jane Austen.


Jane Austen vivió en Bath durante muchos años y gran parte de su obra está inspirada en el tiempo que pasó allí así que ¿cómo perderse este santuario siendo lectora de algunos de sus libros y fan de las películas basadas en ellos?  La visita hace un viaje por la vida de Jane Austen durante sus estancias en Bath y el efecto que ello tuvo en ella y en sus escritos. Con guías vestidos de época y todo, lógicamente, en inglés por lo que dado mi nivel me enteré de la misa, la mitad. En la puerta te recibe el que se considera el hombre más fotografiado de toda Gran Bretaña, porque nadie puede pasar por allí sin saludar a Martin Salter y sacarse una foto con él, cosa en la que caí como buena "turista".



Íbamos de camino hacía la abadía cuando a los lejos vimos muchísima gente en la calle y es que se iba a celebrar el acto de graduación de los universitarios con todo el boato, formalidad y vistosidad que los ingleses dan a todos sus actos protocolarios. Y es que Bath es una ciudad universitaria de prestigio con uno de los campus universitarios más avanzados de Inglaterra. Pero cual fue nuestra sorpresa encontrarnos muy de cerca con el mismísimo príncipe Eduardo de Wessex, cuarto hijo de Isabel II, ya que actuaba como jefe ceremonial de la universidad. He aquí la prueba gráfica.



Después de entretenernos un rato en observar y fotografiar toda esta movida universitaria, nos dirigimos a la abadía de San Pedro o popularmente conocida como la abadía de Bath. Está en el centro de la ciudad, junto a las termas así que ya la habíamos visto magnífico exterior el día anterior, por lo que ahora tocaba visitarla. Lo más curioso son sendas escalera talladas en los frontales de las dos torres por las que escalan graciosos ángeles. Estas esculturas hacen alusión al pasaje bíblico del Sueño de Jacob. Por dentro sorprende la luminosidad, las  enormes vidrieras y la preciosa bóveda de abanico de la nave central. Es uno de los mejores ejemplos de gótico perpendicular en el Oeste del Reino Unido.




Seguimos paseando por todo el centro hasta recalar en Green Park donde descansamos un rato antes de comer. Justo al lado se encuentra The Green Park Station que actualmente es un espacio de ventas y cultural donde antes era una estación de trenes. Aquí comimos en Green Park Brasserie y nos encantó el sitio y la comida.

Un pequeño descanso después de comer es sagrado así que nos dirigimos al bonito y relajante parque Parade Gardens junto al río Avon. Es un parque privado y hay que pagar pero merecía la pena tumbarse en las hamacas que están desperdigadas por el parque y echar la siesta.

 

Ya descansados nos dirigimos hacia el puente Pulteney situado en el río Avon, otro de los sitios claves y más fotografiados de Bath. ¡Es uno de los cinco puentes habitados existentes en el mundo! Al igual que el puente Vecchio de Florencia, este también tiene sendas filas de tiendas a ambos lados. Eran cerca de la 17.00 horas y ¡ya estaban cerrando las tiendas!


A mitad del puente hay unas escaleritas que bajan para recorrer la otra rivera del río Avon. Un paseo realmente agradable disfrutando de otra perspectiva.


De vuelta al centro de pronto comprobamos como se había vaciado de gente y todas las tiendas y muchos restaurantes y cafeterías estaban también cerrados. Lo cierto es que cuesta trabajo entender que siendo verano, con un tiempo excepcional y quedando tantas horas por delante cierren todo tan temprano y la gente se meta en sus casas. Esta es una de las cosas que NO me gustan de Inglaterra. Aunque, a ser sincera, también tiene su punto pasear con las calles  semivacías con algunos músicos callejeros amenizando la tarde pues destila un aire  romántico pero también, porqué no decirlo, algo aburrido.




El búho es el símbolo de Bath ya que el templo romano  estaba dedicado a Sulis Minerva como deidad principal. A la diosa Minerva se la suele mostrar con su criatura sagrada, un búho normalmente llamado "búho de Minerva", que simbolizaba su asociación con la sabiduría y el conocimiento. Toda la ciudad estaba adornada con diferentes esculturas de búho decoradas por diferentes artistas. Estas son algunas de las que fotografié.
 



Continúa en Nick Drake y un viaje por el suroeste de Inglaterra II