El año pasado por estas fechas aquí la que suscribe estaba en el estado de Kerala (India). Un viaje que me vino caído del cielo y que desde un primer momento sabía que tenía que ir sí o sí. No fueron fáciles los preparativos pero cuando se tiene claro el objetivo todas las fuerzas de la naturaleza se ponen de acuerdo para que las cosas salgan. Y así fue cómo ocurrió.
Fue un viaje único y especial donde viví experiencias realmente bonitas y enriquecedoras. He querido escribir sobre momentos del viaje que fueron realmente mágicos y distintos pero con una cosa u otra lo he ido posponiendo. Pues bien, como cada cosa tiene su momento, una serie de circunstancias me han motivado a escribir esta entrada.
Una de las actividades sorpresa (no sabíamos a dónde íbamos, solo que íbamos a conocer a alguien muy especial) que Ajan, nuestro guía y profesor de yoga, programó en el viaje fue ir a conocer a la pintora india Swapna Augustine.
Llegamos sobre media mañana a su casa, un hermoso chalé en una zona llena de vegetación y cultivos en Ernakulan, donde nos recibió una menuda mujer con una sonrisa preciosa y la mirada baja que que delataba su extrema timidez. Y lo que hace especial a
Swapna Augustine es que nació sin brazos pero esto no ha sido obstáculo
para conseguir el sueño de ser una afamada pintora no solo en su país. Así que lo que nos quedaba por delante era compartir un tiempo precioso con una persona especial y maravillosa.
Sus padres, Augustine, un agricultor y Sophie, ama de casa, inscribieron a Swapna en un hogar para personas con discapacidad cuando tenía 6 años. Allí asistió a la escuela más cercana. Tal vez fue esta temprana vida fuera del hogar lo que hizo que la hija mayor se desarrollara como una mujer independiente y segura a pesar de su discapacidad. Iba a su casa por Navidad y Onam pero el resto del año lo pasaba con las hermanas que le enseñaron a hacer todo con los pies, incluyendo comer y escribir y, por supuesto, dibujar y pintar que más tarde sería su medio de vida y el de su familia.
No recuerdo todo lo que Swapna estuvo hablando con Ajan y que él nos iba traduciendo, pero sí se me quedó grabado el mensaje que nos regaló sobre que todos somos capaces de alcanzar el éxito, pero que tenemos que mirar más allá de los obstáculos a los que nos enfrentamos y las limitaciones que podamos tener. Ella es una mujer profundamente agradecida al todopoderoso, a las monjas que la educaron y a su padres, pues según ella la motivaron y alentaron a luchar contra todos los desafíos.
Subimos a la habitación donde ella pinta y nos hizo una demostración. Aunque sepas que hay pintores que pintan con los pies, con la boca,... hasta que no lo ves en vivo y en directo no te maravillas de la capacidad del ser humano. Luego nos enseñó algunos de sus cuadros de diferentes formatos llenos de color y costumbrismo.
Sus padres, Augustine, un agricultor y Sophie, ama de casa, inscribieron a Swapna en un hogar para personas con discapacidad cuando tenía 6 años. Allí asistió a la escuela más cercana. Tal vez fue esta temprana vida fuera del hogar lo que hizo que la hija mayor se desarrollara como una mujer independiente y segura a pesar de su discapacidad. Iba a su casa por Navidad y Onam pero el resto del año lo pasaba con las hermanas que le enseñaron a hacer todo con los pies, incluyendo comer y escribir y, por supuesto, dibujar y pintar que más tarde sería su medio de vida y el de su familia.
No recuerdo todo lo que Swapna estuvo hablando con Ajan y que él nos iba traduciendo, pero sí se me quedó grabado el mensaje que nos regaló sobre que todos somos capaces de alcanzar el éxito, pero que tenemos que mirar más allá de los obstáculos a los que nos enfrentamos y las limitaciones que podamos tener. Ella es una mujer profundamente agradecida al todopoderoso, a las monjas que la educaron y a su padres, pues según ella la motivaron y alentaron a luchar contra todos los desafíos.
Subimos a la habitación donde ella pinta y nos hizo una demostración. Aunque sepas que hay pintores que pintan con los pies, con la boca,... hasta que no lo ves en vivo y en directo no te maravillas de la capacidad del ser humano. Luego nos enseñó algunos de sus cuadros de diferentes formatos llenos de color y costumbrismo.
Comimos en casa de Swapna. Una rica y variada comida con platos de la cocina india preparados por la madre y la cuñada de Swapna. Y, por supuesto, comido con las manos como mandan las costumbres indias.
El rico y colorido menú |
Después de la comida nos dedicamos a descansar, hacer fotos y pasear por los campos cercanos. Aquí van unas fotos.
Una experiencia realmente hermosa y especial y que ahora en la distancia toma más sentido e importancia. Gracias Ajan por programar esta visita en nuestro viaje.
Tuvo que ser un viaje increíble, con vivencias y costumbres tan distintas a las nuestras. Un mérito enorme el de la pintora, aunque yo, por mi trabajo, sé que el que quiere,puede.
ResponderEliminarMaravilla de reportaje!!! Mayti ¿para cuando tu primera novela-libro?Creo que no te debes hacer de rogar mas..........
ResponderEliminarMaravilloso reportaje!! ¿Para cuando tu novela-libro? No lo dejes........
ResponderEliminarMuchas gracias Carmen por tu comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Ramón. ¿Una novela libro? Uf, eso son palabras mayores.
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