lunes, 4 de junio de 2018

Sicilia a nuestro aire II


Continuación de Sicilia a nuestro aire I


  “Viajar, dormir, enamorarse, son tres modos de irse a lugares que no siempre entiendes” _Ángeles Mastretta _.


Nuestro siguiente destino era Agrigento pero en el camino visitamos la antigua ciudad griega de Selinunte. Este enclave arqueológico es uno de los más importantes del Mediterráneo y  también uno de los más extensos de la civilización griega. Hay un aparcamiento delante de la billetería y a través de esta se accede a la colina este donde están los templos E, F y G. Los templos se nombran con letras ante la imposibilidad de catalogar con exactitud a la divinidad a la que estaban dedicados. El entorno en medio de la naturaleza es también un valor añadido.

Foto de JGV
 

La vista de la acrópolis sobre el mar es uno de los panoramas más sugerentes e imborrables de Sicilia.

Foto de JGV

Para visitar las ruinas de la antigua ciudad amurallada, primero griega y después púnica,  se puede ir dando un paseo y también con el coche por la Strade dei Templi. Nosotros optamos por esta segunda manera para ahorrar tiempo. Una vez dejado el coche en el aparcamiento, a la derecha se van viendo los restos de las poderosas murallas que defendían Selinunte y a la izquierda unas vistas espléndidas del mar.

Asentada en una explanada irregular contiene los restos de seis templos más definidos, también denominados por letras,  y otros más pequeños; así como las viviendas, el mercado y  los talleres artesanales.  Sabiendo que solo se ha excavado una mínima parte, uno se puede imaginar la magnitud y magnificencia de esta ciudad.

Foto de JGV



Agrigento

A Agrigento llegamos a mediodía así que después de instalarnos en el apartamento B&B Giunone  (muy, muy recomendable desde todos los puntos de vista) y comer, nos fuimos caminando por la vía Panorámica hacía la entrada del Valle de los Templos.

Sinceramente, después de haber visitado Segesta y Selinunte, el Valle de los Templos, al que no le quito grandiosidad, me pareció un parque temático. Ya solo para entrar tienes que pasar tú y tus cosas por un escaner.

De todos los templos del valle (en realidad está en una larga colina donde las vistas panorámicas son de las cosas que más merecen la pena) solo el de la Concordia está magníficamente conservado y está considerado el más hermoso templo dórico de Sicilia; los demás están muy degradados y exige un gran esfuerzo imaginativo a pesar de leer los paneles informativos. Echamos toda la tarde y pudimos ver todo el recinto excepto el Jardín de la Kolymbetra que cuando llegamos ya estaba cerrado. La vuelta a Agrigento, por querer cortar camino y no volver sobre nuestros pasos, nos hizo llegar a una puerta cerrada lo que supuso tener que andar el doble o el triple. Llegamos al apartamento exhaustos pero después de una ducha y una cena realmente memorable en la Trattoria dei Templi (al lado del B&B) se nos quitaron las penas.



Al día siguiente temprano fuimos al Museo Arqueológico que se encuentra junto a la iglesia San Nicola. Es una iglesita cisterciense con una sencilla fachada con pórtico gótico. En su interior guarda obras de bastante interés.

 

El museo tiene una magnífica colección de cerámica griega de todos los tipos que es en opinión de expertos, no solo la mejor de Italia sino una de las mejores de Europa solo superada por la que hay en el propio Arqueológico de Atenas. Armas, monedas, cascos, tumbas romanas y todo tipo de restos hallados en los distintos yacimientos sicilianos están en el museo. A mí, personalmente, me impresionó la sala dedicada al templo de Júpiter, el mayor del Valle, y del que solo quedan restos gigantescos de piedras. Una magnífica maqueta de corcho nos muestra como era el templo y qué lo diferenciaba de los demás: los gigantes de piedra "telamones o atlantes" del que se conservan varias cabezas y uno completo que está situado en la sala en vertical y nos permite darnos idea de la magnificencia del mismo. Solo por esto bien merece la visita al museo.

Foto de JGV
 
Foto de JGV

El Barrio helenístico-romano (enfrente del museo) estaba cerrado por obras de mantenimiento así que no pudimos verlo.

Siguiendo nuestros planes, decidimos echar el resto de la mañana visitando Scala dei Turchi o Escalera de los turcos. Recibe este nombre de las antiguas incursiones de los piratas sarracenos que protegían sus embarcaciones del viento en medio de estos acantilados.  Se encuentra a unos 15 kilómetros de Agrigento. Es una playa con un acantilado de un blanco níveo que se adentra en las verdiazules aguas del mar Mediterráneo. Está formado por un tipo de piedra  sedimentaria calcárea que se llama "marga". Los vientos y las lluvias han modelado como una especie de escalones ondulantes de ahí su nombre. Actualmente no se puede acceder al acantilado pero se puede disfrutar desde los miradores de arriba y desde la bonita playa de al lado. Es un lugar distinto y fascinante. El rato que echamos en la playa disfrutando de una temperatura perfecta y haciendo fotos fue realmente agradable. Vuelta a Agrigento para comer*, recoger las maletas y seguir nuestro itinerario.

Foto de JGV

Foto de JGV

*Otro sitio muy recomendable para comer en plan rápido, sin etiquetas y con una excelente calidad precio es el bar restaurante Io e Te.



Continúa en Sicilia a nuestro aire III



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